Desde una olla y 30.000 guaraníes, hasta convertirse en una microempresa formal, la historia de Ana Alarcón, fundadora de Eleo’s Chocolates y mamá de Sofía, demuestra que los sueños sí se construyen desde cero, con trabajo, formación y mucha pasión.
Cuando Ana recibió la noticia de que iba a ser mamá, también recibió la fuerza necesaria para reinventarse. Hace 10 años, dejó atrás su profesión inicial y apostó por el mundo de la chocolatería artesanal, un rubro que aún no tenía mucha presencia en Paraguay. Con solo G. 30.000 y una olla, empezó a producir pequeñas cantidades de chocolate que vendía en su lugar de trabajo, en los colectivos y en las calles del Mercado 4.
El nacimiento de su hija no fue el motor que impulsó la creación de Eleo’s Chocolates, un emprendimiento que creció con amor, sacrificio y visión. Cuando volvió a su ciudad natal, Ypacaraí, pensó que el sueño podría terminar. Sin embargo, la falta de opciones laborales la empujó a seguir adelante, ofreciendo chocolates para eventos y fechas especiales.
El emprendimiento tomó un giro más formal con el apoyo del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), mediante la obtención de la Cédula Mipymes y el inicio del proceso de registro sanitario de productos. “Fue un camino largo, pero necesario. Aunque éramos una pequeña empresa, sabíamos que debíamos construir una estructura sólida, como si estuviéramos levantando una futura fábrica de chocolates”, señaló Ana.
Hoy, Eleo’s Chocolate cumple una década siendo la principal fuente de ingreso de su familia y el reflejo de una madre que apostó por sí misma. Su hija, quien la acompañaba desde bebé mientras hacía chocolates, hoy tiene 10 años, y disfruta de una mejor calidad de vida gracias al esfuerzo y compromiso de su madre emprendedora.
Un sueño que no para
El objetivo inicial de crear una fábrica que dé empleo a mujeres madres fue replanteado en el camino. “Nos dimos cuenta de que era un proyecto enorme, pero no por eso dejamos de soñar. Hoy estoy enfocada en asentar bien las bases del negocio, abrir sucursales en otras ciudades y llegar a puntos de venta como supermercados”, explica.
Un poderoso mensaje
En el Día de las Madres, Ana envía un mensaje claro a todas las mujeres que desean emprender:
“Vale la pena. Tal vez se trabaja un poco más, pero el tiempo que podés compartir con tus hijos, estar en sus actividades, formar parte de sus vidas, eso no tiene precio. Les animo a emprender, a iniciar un negocio. Y desde el fondo de mi corazón les digo que sí vale la pena emprender un propio negocio y darle de esa forma una mejor calidad de vida a sus hijos”.
Eleo’s Chocolates no es solo una historia de éxito empresarial, sino una prueba de que el amor de mamá no conoce límites y puede transformar cada desafío en oportunidad.
Publicado el 15/05/2025